
Si tenemos amigos un poco sordos, o que se hacen el sordo expresamente, es aconsejable el uso de las cartas-gritonas para que nos oigan bien lo que tenemos que decirles.
A modo de ejemplo, la carta podría empezar así:
—¡¡Peeepaaaaaaaaaaaaa!!... Que te quieeeeeeeeeeeerooooo deciiiiiiiiiiiiir que te quieeeeeeeeeeroooooooooooooo...!! No séééé si me haaaaaaaaaas sentiiiiiiiiiidoooooooooooo... ¿¿¡¡Quieeeereeeeeeeeeees que te looooooooooooo repiiiiiiitaaaaaaaaaaaa??!!... (y bla, bla, bla...continúa la carta)
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